Nueva data de 8.7 millones de estadounidenses muestra que al menos un 80% de estas personas habrían sufrido de COVID-19 en marzo y nunca fueron formalmente diagnosticados. La data fue revelada en el diario Science Translational Medicine y los científicos analizaron los casos de personas que llegaron hasta las salas de médicos privados o clínicas de urgencias con síntomas de diversos virus como la influenza que usualmente se encuentran con mayor intensidad en los meses del invierno.
Durante el inicio del brote, no existían suficientes pruebas que detectaban el coronavirus SARS-CoV-2 o COVID-19 y solo habían documentado unos 100, 000 casos de personas que cumplían con las guías para llevarse a cabo la prueba. Por ejemplo, aquellas personas que habían viajado al extranjero o que eran trabajadores en hospitales y clínicas.
Los científicos también analizaron informes entregados a los Centros del Control y Prevención de Enfermedades sobre personas que llegaron con síntomas bastante similares a la influenza pero dieron negativo en esa prueba. Los expertos de universidades como la Penn State, Montana University y Cornell University afirman que debido a que estas personas no fueron diagnosticadas en marzo, continuaron infectando a mas personas en sus familias y en sitios públicos provocando un ciclo comunitario. De hecho los científicos añaden que encontraron un aumento dramático de estos casos de personas con síntomas como la influenza en estados donde directamente hay un brote de la enfermedad ahora mismo.
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Foto: Getty Images